La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, presentó hoy un nuevo libro que hace una revisión exhaustiva
de los efectos del cambio climático en la región y de las políticas para enfrentarlo.
(Santiago de Chile, 18 de junio, 2020) El
impacto ambiental del estilo de desarrollo imperante hace que peligre
el bienestar de buena parte de la humanidad y, en algunos casos, la
supervivencia. Por ello, se requiere hacer transformaciones profundas en
el paradigma de desarrollo y en las inversiones
que lo hacen posible, señala un nuevo libro publicado hoy por la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La publicación La
emergencia del cambio climático en América Latina y el Caribe: ¿seguimos esperando la catástrofe o pasamos a la acción? fue
presentada en una conferencia virtual por Alicia Bárcena, Secretaria
Ejecutiva de la CEPAL. António Guterres, Secretario General de las
Naciones Unidas (ONU), envió un mensaje para la ocasión.
“El
trabajo que presenta hoy la CEPAL da cuenta de más de una década de
investigación,
seguimiento y construcción de propuestas. Articula una mirada desde lo
regional al más grande de los desafíos globales de nuestro tiempo, el
cambio climático; y como siempre, lo hace recogiendo de los propios
países sus diagnósticos, sus necesidades, el seguimiento
de sus propias respuestas, al tiempo que imagina y propone caminos de
acción más ambiciosos y devela la urgencia de respuestas mayores”,
afirmó el Secretario General de la ONU.
Agregó
que “el libro aporta de manera destacada al conocimiento disponible
tanto para
los responsables de diseñar y ejecutar las políticas públicas como para
el conjunto de nuestras sociedades, protagonistas indispensables de un
cambio en los patrones de producción y consumo que ya no puede seguir
esperando”.
En el encuentro intervinieron también Teresa Ribera, Vicepresidenta Cuarta del Gobierno
de España y Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; Horst Pilger,
Jefe de la Sección de Cambio Climático y Medio Ambiente de la
Dirección
General de la Cooperación al Desarrollo de la Comisión Europea; Alfonso
de Urresti, Presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Bienes
Nacionales del Senado de Chile; y Kishan Kumarsingh,
Jefe de la Unidad de Acuerdos Ambientales Multilaterales del Ministerio
de Planificación y Desarrollo de Trinidad y Tabago y Copresidente del
Grupo de Trabajo Especial sobre la Plataforma de Durban para una Acción
Reforzada.
Participaron también Andrea Meza, Directora de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente
y Energía de Costa Rica; Adriana Lobo, Directora Ejecutiva del Instituto de Recursos Mundiales de México y Colombia;
João Carlos
Ferraz, académico de la Universidad Federal de Rio de Janeiro; y los
coautores del libro Joseluis Samaniego, Director de la División de
Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la CEPAL; Wilson Peres,
Oficial Superior de Asuntos Económicos, y José
Eduardo Alatorre, Oficial de Asuntos Económicos de la Unidad de
Economía del Cambio Climático de la Comisión regional.
La
publicación hace una revisión exhaustiva de los efectos de la
emergencia climática en la región de América Latina y el Caribe y de las
políticas para
enfrentarla. Presenta propuestas de acción para un nuevo modelo de
desarrollo más sostenible y más igualitario, en consonancia con la
reflexión de largo plazo de la CEPAL y la Agenda 2030. Además, plantea
lineamientos imprescindibles para reactivar con igualdad
y sostenibilidad.
El libro afirma que las actuales crisis sanitaria y climática son parte de un modelo de
desarrollo insostenible,
asociado a una tasa declinante de crecimiento de la producción y del
comercio, que ya antes de la crisis mostraba un sesgo recesivo y
el desacople del sistema financiero.
Es un modelo vinculado a una elevada
desigualdad con el predominio de las élites, es decir, de la cultura del
privilegio, y basado en grandes externalidades negativas como las
emisiones asociadas al cambio climático, que rebasa
umbrales ambientales globales y con vulnerabilidades sistémicas que han
sido evidenciadas por el COVID-19.
Advierte
que el eje de la negociación internacional y de las políticas
nacionales es la lucha por repartir, transferir, minimizar, eludir y
dimensionar la carga de
la externalidad.
En
ese sentido, señala que el Acuerdo de París definió la carga planetaria
respecto a las emisiones de carbono y estableció presupuestos
nacionales voluntarios de
carbono mediante Contribuciones Determinadas Nacionalmente un poco más
ambiciosas, aunque insuficientes, entre otros progresos.
Sin embargo,
implicó
un retroceso frente a la diferenciación de responsabilidades entre
países, lo que agudiza la tensión centro-periferia. “El presupuesto
remanente para
la periferia puede ser insuficiente para las necesidades del
desarrollo”, precisa la publicación.
El
libro expresa que América Latina y el Caribe es una región
extremadamente vulnerable al cambio climático, a causa de su dependencia
de actividades muy
sensibles al clima, su poca
capacidad adaptativa y su exposición a diversos fenómenos hidrometeorológicos extremos.
Precisa que entre
1970 y 2019, América Latina y el Caribe fue afectada por 2.309
desastres naturales, de acuerdo con las cifras del Centro
de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres (CRED, por sus
siglas en inglés). Estos eventos causaron 510.204 muertes, 297 millones
de personas afectadas y más de 437 mil millones de dólares en daños.
La publicación dedica un capítulo especial a los casos de Centroamérica y el Caribe, dos subregiones que destacan por su gran vulnerabilidad al cambio climático y por su reducida participación en la generación de emisiones, y cuyas particularidades climáticas, geográficas y socioeconómicas justifican su análisis por separado. Para el caso del Caribe, el documento analiza la iniciativa de la CEPAL para el canje de deuda por adaptación al cambio climático.
Durante el lanzamiento, Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, destacó que, ante los
efectos ya ineludibles del cambio climático, una de las prioridades de
la región es aumentar la resiliencia y la capacidad de adaptación de la
sociedad, así como explorar las sinergias existentes entre los procesos
de adaptación y los demás objetivos de desarrollo.
Precisó que América Latina y el Caribe ha adquirido compromisos de adaptación y mitigación cuyo cumplimiento será imposible sin un cambio estructural. Para ello, la CEPAL identifica políticas para sectores estratégicos que reducen emisiones, crean empleo y potencian inversiones, y permiten enfrentar la reactivación con equidad y sostenibilidad para avanzar hacia un nuevo estilo de desarrollo.
Estos motores sectoriales del cambio estructural son
las energías renovables no convencionales,
soluciones basadas en la naturaleza, la economía circular y reciclaje,
ciudades inteligentes, infraestructura sostenible y resiliente, el
consumo menos contaminante y la economía del cuidado,
explicó.
La
alta funcionaria de las Naciones Unidas agregó que la respuesta a la
pandemia del coronavirus (COVID-19) es una oportunidad para avanzar
hacia un gran impulso para
la sostenibilidad.
“Necesitamos
un nuevo estilo de desarrollo alineado con la Agenda 2030, creemos que
es urgente un estado de bienestar en una nueva ecuación con el mercado y
la sociedad.
Se requieren estrategias sostenidas en el tiempo. Esta es una tarea
política para viabilizar la propuesta técnica y darle lugar a la
ciencia. Finalmente, necesitamos instituciones y coaliciones que
formulen e implementen las políticas, requerimos pactos a
nivel global, regional, nacional y local. El horizonte es la igualdad,
el cambio estructural progresivo es el camino y la política, el
instrumento”, cerró.
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